Aunque el auge de las multinacionales de ocio, así como la trepidante irrupción de los casinos en línea están extinguiendo la tradición, las máquinas tragaperras de los bares y casinos físicos siguen siendo muy populares. ¿Quién no recuerda haberse quedado mirando fijamente aquella extraña máquina repleta de luces cuando era niño? Y es que, las tragaperras son el símbolo más representativo de la industria del juego. Desde hace más de un siglo este juego de azar ha copado las salas de los casinos, bares y pubs de todo el mundo. Aunque, en mayor o menor medida, todos sabemos en que consiste este juego, muy pocos saben el origen del término "tragaperras". Para conocer por qué en nuestro país se las conoce con este nombre y no como tragamonedas (latinoamerica) o slots (en el resto del mundo), tenemos que echar la vista atrás varias décadas.
Orígenes de las máquinas tragaperras
Antes de entrar en materia, es conveniente hacer un breve repaso sobre el origen de la máquina tragaperras , también llamada de forma errónea máquina de azar . Corría el año 1887, cuando en la ciudad de San Francisco (California) un entusiasta de los juegos de casino llamado Charles Frey, presentaba al público de un local de ocio una máquina un tanto extraña. El juego contaba con tres ruedas giratorias y contenía símbolos como diamantes, espadas, corazones o una campana de la libertad. Este último símbolo fue el escogido por Frey para bautizar a la primera tragaperras de la historia "Liberty Bell". Donde mejor acogida tuvo el invento de Frey fue en los casinos y tabernas del Viejo Oeste. En este lugar vaqueros, obreros y mineros, buscaban hacer fortuna rápidamente. A pesar de lo sofisticado de su mecanismo el juego tardo un tiempo en popularizarse en Estados Unidos. Sin embargo, poco después una compañía de golosinas llamada Bell-Fruit compro la patente a Frey e introdujo en el juego mejoras ampliando las combinaciones ganadoras y los pagos. Tras esta avance, "Liberty Bell" comenzó a ganar muchísima popularidad entre los apostadores americanos.
Con el paso de los años, nuevas tragaperras inundaron el mercado. Cada juego era más sofisticado y entretenido que el anterior. A comienzos de los años veinte raro era ver un casino, salón de baile o tienda de cigarros en Estados Unidos que no contara con este juego. Desde su invención, en los países anglo-sajones esta máquina se la conoce con el nombre de slots en alusión a las ranuras o rodillos que presenta.
Procedencia del término "tragaperras"
A pesar de su actual popularidad, en nuestro país las tragaperras o slots no fueron siempre tan bien recibidas. Debido a la dictadura y, por tanto, a la ley de prohibición del juego imperante, a las tragaperras se las denominaba así de manera despectiva. Quienes jugaba en locales ilegales a este juego o cualquier otro similar, eran acusados de tener muy baja moral. Sin embargo, nunca faltaron locales clandestinos con máquinas tragaperras y jugadores dispuestos a apostar en ellas. Finalmente, en el año 1981 las tragaperras fueron legalizadas en España. Ahora bien, ¿por qué tragaperras en lugar de slots o máquinas de azar ? La respuesta es muy sencilla. El término "tragaperras" hace alusión a las monedas "perra chica" (tres céntimos de peseta) y "perra gorda" (diez céntimos de peseta). Obviamente, la expresión "tragar" alude a la forma en la que funciona el juego, es decir, introduciendo monedas en él.
Con la llegada de la democracia y el fin de la prohibición de las tragaperras, este juego se volvió muy popular en bares, pubs, restaurantes, casinos y demás locales de ocio. De todos modos, todavía hay quienes prefieren en España denominarlas máquinas de azar . Este término es erróneo, ya que existen dos tipos de máquinas tragaperras físicas .
El primer tipo son las programadas, las cuales están diseñadas de tal forma, que cada cierto tiempo devuelven parte del dinero que los jugadores han introducido en ella. Es decir, las máquinas programadas son aquellas que conocemos como las tragaperras de todo la vida. Un juego que sigue estando muy presente en los casinos físicos y pubs. La segunda modalidad son las verdaderamente de azar, cuyo funcionamiento depende de la suerte y nada más. En otras palabras, las máquinas de azar funciona como las tragamonedas de los casinos en línea . Todas las tragamonedas de los casinos online funcionan a través de un generador de números aleatorios, por tanto todo está supeditado al azar. Actualmente, las tragaperras siguen siendo uno de los entretenimientos más comunes y, como hemos visto, su transformación a lo largo de la historia ha dado lugar a un sistema cada vez más sofisticado.
Se espera que con el desarrollo de pagos, bonos y jackpots se siga mejorando y la tecnología siga evolucionando con el tiempo. A pesar de todo, las tragaperras físicas han perdido el protagonismo frente a las tragamonedas de los casinos online . Como bien sabréis, las tragamonedas en vivo son mucho más interesantes, cuando hablamos de comodidad, variedad y anonimato.